Hace poco más de un año, en tiempos de toque de queda nos propusimos grabar una de esas tantas charlas que se dan después del servicio.
Que hay cosas para corregir, sí, ya lo sabemos. A nivel información, grabación, edición… Pero seguimos pensando que éste es el camino que queremos transitar.
Un espacio donde se pueda debatir, proyectar, idear, mejorar. Pero un espacio donde sobre todo se cuente
LA OTRA CARA DE LA GASTRONOMÍA
Están aquellos que exponen todo nuestro trabajo de forma profesional. Están aquellos que buscan sacar provecho por el mero hecho de ser (o creerse) 𝘪𝘯𝘧𝘭𝘶𝘦𝘯𝘤𝘦𝘳𝘴.
Cuando vuestra opinión es escuchada por tanta gente…
¿Se preguntan si lo que están haciendo y/o diciendo puede afectar al personal gastronómico? ¿Se cuestionan si realmente tienen un conocimiento previo antes de criticar?
Ay ay ay… Una cosa lleva a la otra. Las estafas constantes y extorsiones en redes sociales, o en aquellas marcas (tr!padv!sor) que postulan a los restaurantes y bares como buenos o malos.
¿Se debería escuchar al cliente en todas y cada uno de sus pedidos? Cambios en los ingredientes del plato, en la música, en la intensidad de las luces etc.
¿Ganamos más con la mesa que gasta 200€ y no regresa o con el cliente fidelizado?
¿Cómo se hace cuando no se tiene una cantidad de personal coherente para trabajar? ¿Lo que más importa es la calidad del servicio o facturación?
Una de las problemáticas constantes que tenemos durante los servicios es la falta de comunicación, lo cual genera malentendidos entre directivos y compañeros.